De pequeño pusiste todo tu empeño en aprender algo de inglés en el colegio, has ido a una academia durante años, quizás incluso te fuiste de Erasmus un tiempo (bonita experiencia, al menos).
Pero nada…
Tú has pasado por las clases, pero sientes que el inglés no ha pasado por ti.
Puede que, además, en el trabajo te empiecen a exigir que te comuniques con los clientes o colaboradores en inglés. O estés viendo que no dejan de pasar oportunidades laborales por delante de ti que llegan y se van por no poder manejarte con soltura en ese idioma.
O a lo mejor, simplemente te apasiona viajar, conocer otras culturas, nuevas personas…
En definitiva, abrirte a nuevas experiencias.
Pero… STOP!
Piensas: ¡Si me lío hasta pidiendo un café!
Y eso empieza a ser frustrante.
Ya has probado muchas cosas, y aunque pillas algunas frases sueltas cuando ves tu serie favorita en versión original, no has conseguido tener un manejo del idioma fluido que te ayude a hablarlo con confianza.