Cuando estaba en el Instituto, mi profesor de idiomas me dijo: “Blanca, tú nunca aprenderás a hablar idiomas”.
¿Te lo puedes creer?
¡Yo, que estaba deseando conocer mundo y vivir experiencias!
A pesar del impacto, decidí que Richard, que así se llamaba, no iba a impedir que cumpliese mis sueños. Así que me lancé a la aventura…
¡¡Y aprendí idiomas!!
No solo eso. Al viajar por el mundo descubrí que se me daba muy bien comunicarme en otras lenguas.
¿Y si no era yo el problema? ¿Y si era el método?